FRENTE AL ESPEJO. Dicen que el tiempo cura todo, pero no sólo sana heridas también te permite madurar aprendiendo de tus errores, creciendo y siendo mejor gracias a tu propia experiencia.
Pero no siempre es así!!! cuando te atreves a ser tu mismo y sólo te encuentras con etiquetas, prejuicios, incomprensión y rechazo, esa seguridad que antes era plena, se convierte en una barrera en forma de máscara que siempre te mantiene a la defensiva en cualquier situación.
Mucho se dice sobre la personalidad, que todos somos únicos y diferentes, que no debemos ser borregos, que debemos defender nuestros ideales, pero la misma sociedad es incongruente en esto. Si bien unos de otros son diferentes sólo es en cosas pequeñas y singulares y pareciera que todos debemos formar parte de grupos sociales específicos, pero si no te identificas en mayor parte con uno u otro grupo y adoptas lo que mejor te acomoda de cada cual pareciera que no encajas en ningún otro sitio que no sea tu mágico mundo de la individualidad.
La insoportable soledad se vuelve tu cotidiano entorno cuando lo extraño y diferente de tu esencia es tan incomprensible que sin darte apenas cuenta te volviste antisocial, y aunque esto día a día se convierte en frustración, obscureciendo y dificultando el difícil camino de la vida, siempre encuentras esa luz que te da fe y esperanza, las cosas siempre pasan por algo, todo está abocado a un mismo fin, Dios no se equivoca, su obra es tan maravillosa como la misma vida, mientras que la puedas enfocar así.
Finalmente: las diferentes ideologías que forman mi actuar, son parte de mi y no yo, parte de ellas. La vida es muy corta para usar siempre falsas caretas, pero tampoco es conveniente andar por la vida pregonando tu sentir, la discreción y la cautela son virtudes que se deben aprender a manejar; y el carácter es la estructura básica qué te llevará a donde tu quieras estar.
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